CAE

Cuando no podemos…
Nos caemos.
Y no pasa nada.
Tenemos a Nuestro a Círculo. Ese que tenemos que haber creado. Ese que es necesario haber cultivado día a día.
Y sino lo tenemos, pues tampoco pasa nada, aprenderemos de esto y veremos que tenemos que intentar crearlo, para buscar ayuda. No siempre se puede con todo solo en la vida. No siempre podemos ser fuertes, no siempre podemos ser positivos.
Caemos, y caemos muy abajo. El dolor nos puede. El llanto nos invade… y dejaremos de luchar. Asumiremos que por un momento nos ha derrotado. Descansaremos.
Nos rendiremos ante él, para coger fuerzas, más que antes, y tras la derrota, nos sentiremos poco a poco mejor.
Aprenderemos que no ha sido ninguna derrota, simplemente nos hemos permitido caer, para coger la fuerza, para reponernos.
Del fuego resurgirán las cenizas.
Y brillaremos más que nunca.

CAE, una vez, y dos, y tres, y las que hagan falta.

CAE. Permítete caer, y en la caída, reposa… no te levantes hasta sentirte fuerte de nuevo, y entonces con la ayuda de los demás, vuelve a pintarte el labio rojo y a surfear la migraña.

Yo también caigo. Y a veces necesito hacerlo y no lo hago. Y debería hacerlo.